Rusia responde a Telegram tras negarse a entregar las claves de cifrado
- pedro mendez
- 17 abr 2018
- 2 Min. de lectura

Rusia aprobó en 2016 una ley antiterrorista que requiere a los servicios de mensajería colaborar con las autoridades para que estas puedan descifrar sus comunicaciones. En marzo, el Kremlin dio 15 días a Telegram para entregar sus claves de cifrado, pero la compañía se negó. El viernes, un tribunal de Moscú ordenó cortar el acceso a Telegram en el territorio ruso. Ahora los proveedores de Internet han respondido con un bloqueo masivo.
Los abogados de Telegram no asistieron a la audiencia a petición del fundador de la compañía, Pável Dúrov, que no quería “legitimar” el proceso. Roskomnadzor (el regulador ruso de las comunicaciones) no esperó a la apelación de la compañía y ordenó el bloqueo de Telegram a los proveedores de Internet. De acuerdo con TorrentFreak, la respuesta ha sido inmediata y masiva: más de 1,8 millones de direcciones IP vinculadas a Telegram y pertenecientes a las nubes de Amazon y Google han sido bloqueadas en el territorio ruso.
La censura no sólo ha afectado a Telegram, también a otros servicios asociados y empresas que usan alguna IP de los rangos bloqueados, como plataformas de juegos y servicios de criptomonedas.
Roskomnadzor ha pedido a Google, Apple y APK Mirror que eliminen la aplicación de sus plataformas. Días antes, Dúrov recomendó a sus seguidores de VK que no borraran ni reinstalaran Telegram de sus teléfonos. El empresario añadió que la privacidad de los usuarios de Telegram no estaba a la venta, palabras que repitió en inglés a través de un mensaje público de su canal en la aplicación de mensajería:
“En Telegram, tenemos el lujo de no tener que preocuparnos por las fuentes de ingresos o las ventas de anuncios. La privacidad no está a la venta, y los derechos humanos no deben verse comprometidos por temores o avaricia”.
Pável Dúrov hizo su fortuna tras fundar VK, la red social más popular de Rusia. Abandonó el país cuando el Kremlin se hizo con el control de la compañía y ganó cientos de millones de dólares por la venta de su participación. Volvió a multiplicar su patrimonio gracias al Bitcoin y ahora es un hombre rico que no tiene que responder a ninguna junta directiva. Dúrov asegura que no vendería Telegram a ningún precio.
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